Hay días que marcan la memoria de cualquier aficionado del deporte: por un lado, las grandes victorias y alegrías; por otro, esos días en los que sientes que has perdido algo. Y lo sigues sintiendo 27 años después.
Es lo que le ocurre a cualquier aficionado bianconero con Gaetano Scirea, que falleció el 3 de septiembre de 1989. Han pasado casi tres décadas pero todavía se le echa de menos.
Nos acordamos bien de ese domingo: Scirea estaba en Polonia, donde estaba observando al siguiente rival de la Juventus en Copa UEFA, el Gornik Zabrze. Llovía, mucho: un accidente de tráfico fue fatal.
Ese día el fútbol italiano perdió un campeón del mundo, y el deporte perdió a uno de sus representantes más ilustres. Perdimos sobre todo a un gran hombre. Futbolista de clase infinita, fuerte y gentil, Scirea se convirtió de manera natural en un ejemplo de corrección y valores del deporte.
Desde ese día todos estamos algo más solos, Gai, pero una cosa es cierta: el pueblo bianconero no te olvida y no te olvidará nunca.